Emociones: El Asco

 


El Asco: emoción innata o adquirida?

El asco es una emoción básica y adaptativa, pues nos ayuda a asegurar nuestra supervivencia. Al menos esto es lo que afirman varios autores.

 También, algunos afirman que es una emoción negativa, sin embargo yo creo que el asco es una emoción que está allí para indicarnos que algo está mal, que algo nos hace mal o nos haría mal si lo incorporamos o si entramos en contacto con eso. De ahí la importancia de analizar porque sentimos esta emoción, en qué circunstancia y qué tiene que ver con nuestra historia personal.

El asco, es una emoción universal, ya que se da en todas las culturas, y su reacción fisiológica es idéntica: nariz arrugada, labio superior elevado,  comisuras labiales hacia abajo,  nauseas, y a veces sacamos la lengua. Es una respuesta primitiva y automática, basada en el rechazo a los alimentos. En general cuando decimos que algo nos da asco nos referimos a alimentos o bebidas, al sentido del gusto o el olfato.  Cumple una función de preservación de la salud. Rechazamos generalmente cosas en apariencia viscosa, o animales tales como cucarachas, reptiles, ratas, gusanos, desechos corporales y otros.

“El asco asume el papel de guardián del yo corporal, rechazando elementos que violan el templo del cuerpo”

-Rozin, Haidt y Mc Caule (psicólogos estudiosos del asco).

 

Aparece la necesidad de alejarnos de estos estímulos olorosos o gustativos y, a veces aparecen sensaciones gastrointestinales como las náuseas y vómitos. Se eleva la tensión muscular y la frecuencia respiratoria, aumenta la reactividad gastrointestinal.

 

                               El concepto del Asco es complejo, ya que también es cultural. A medida que crecemos le vamos agregando contenido cognitivo a esta emoción, vinculada a creencias e ideas, que se transmiten por la cultura o por la religión y tradiciones, así lo que da asco en una cultura, en otra no. Es por eso que es una emoción netamente humana, que se va transformando por la cultura. Muchas veces, cuando el asco es extremo, puede desencadenar patologías del tipo Trastornos de ansiedad, hipocondrías, fobias o trastornos alimentarios.

               

El asco y su relación con los estigmas sociales:

                               La empatía hacia otras personas aparece como resultado de una identificación con esas personas y sus historias de vida. Esto hace que surjan la solidaridad y el altruismo, pero:

                               ¿Qué pasa cuando algunas sociedades inculcan a sus miembros que determinadas etnias o estratos no son iguales a ellos?

Los deshumanizan, comparándolos con animales u objetos repulsivos, generando la repugnancia y el deseo de aniquilamiento, tal como ocurrió con los nazis hacia los judíos o hacia los esclavos negros. Se generaron jerarquías que los categorizaron  como inferiores o subhumanos.

                               El asco se encuentra también en nuestros juicios morales, actitudes hacia la sexualidad, y opiniones que nos merecen personas de otras razas o creencias. Lo percibido como diferente y peligroso. El asco es una emoción que  requiere de un aprendizaje para ser modelada, la cultura influye en su forma y dirección. Se construye una separación entre “puro” e “impuro” o entre “ellos” y “nosotros”, que no es más que una mera construcción social.

          El asco, como las demás emociones, es factible de hacerse consciente, analizarse y, en base a la historia personal, pensar su origen, si está allí para cuidarnos o si es un mero prejuicio basado en falsas y limitantes creencias.

¿Y a vos qué te da asco? ¿Ese asco  te cuida o te separa de otros?


Fuente: Eduardo Alberto León. El asco: una emoción entre naturaleza y cultura. Cuestiones de filosofía n°15. 2013. Ecuador.



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